marzo 30, 2014
La percepción del resultado global de un combate que experimenta un soldado aislado por el humo, el fuego o el aturdimiento a menudo resulta más justa que los juicios formulados por los oficiales del Estado Mayor.
En el momento decisivo de la batalla a veces se produce un cambio asombroso cuando el soldado que se cree próximo a coronar el objetivo mira alrededor, desorientado, sin ver a los compañeros con los que había iniciado la acción, mientras el enemigo, que todo el tiempo le había parecido singular, débil y estúpido, de repente se convierte en plural y, por ello, invencible. El intrépido e inteligente “nosotros” se transforma en un tímido y frágil “yo”, mientras que el desventurado adversario se convierte en un compacto, temible y amenazador “ellos”

Antes, mientras rompía la resistencia del enemigo, el soldado asaltante percibía todo por separado: la explosión de una granada; las ráfagas de ametralladora; el soldado enemigo que echa a correr, porque está sólo, aislado de su cañón, a su vez aislado… de su ametralladora, igualmente aislado, del tirador vecino… Mientras que yo, yo soy “nosotros”, yo soy toda la enorme infantería que marcha al ataque, yo soy esta artillería que me cubre, yo soy estos tanques que me apoyan, yo soy esta bengala que ilumina nuestro combate común. Pero he aquí que, de repente, me he quedado solo, y todo aquello que me parecía débil y aislado se funde en un todo terrible de disparos enemigos de fusiles, de ametralladoras, de artillería, y la fuerza que me había ayudado a vencer aquella unidad se desvanece. Mi salvación está en la huida, consiste en esconder la cabeza, poner a cubierto el pecho, la frente, la mandíbula.

Y en la oscuridad de la noche aquellos que se han enfrentado a un ataque repentino y que, al principio, se sentían débiles y aislados, comienzan a desmantelar la unidad del enemigo que se ha abatido sobre ellos, comienzan a sentir su propia unidad, donde se encierra la fuerza de la victoria.
En la comprensión de esta transición es donde reside lo que a menudo permite hablar de la guerra como un arte.

Vasili Grossman

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Victoria Pérez

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Sobre la autora

Soy Victoria Pérez y trabajo con estudiantes y profesionales de las terapias naturales y la gestión emocional para completar su formación y acompañarles mientras construyen su sueño de tener una consulta viva, rentable y a su estilo.