septiembre 6, 2018
El poder de los germinados

Comer semillas germinadas es comer vida. Es incorporar auténtica energía vital concentrada a todas las células del cuerpo, favoreciendo la salud y alargando la vida.

Los germinados son un regalo de la naturaleza que podemos cultivar nosotros mismos.

¿Qué son los alimentos germinados o brotes?

Los germinados son el alimento vivo más antiguo, de gran valor para tu salud.

La semilla tiene como estructura básica el germen o embrión y una reserva nutritiva que lo alimentará para que se convierta en la futura planta, todo ello recubierto de una envoltura protectora que es la cáscara o tegumentos.

El germen de las semillas es el rudimento de una nueva planta, es decir, en estado de vida latente en espera de condiciones adecuadas para manifestarse; en el momento en que éstas se presentan, la semilla inicia el proceso de germinación.

La germinación es el conjunto de cambios que se producen en una semilla por el cual el embrión pasa de la vida latente a la vida activa, para que nazca y comience a crecer la nueva planta.

La reserva nutritiva en todos los granos y semillas, consiste en proteínas, carbohidratos, vitaminas y sales minerales.

Al germinar muchas semillas -de cereales o leguminosas- se convierten en un alimento fácilmente asimilable porque liberan todos los nutrientes encapsulados y mejoran el valor nutricional de la propia semilla, de la planta o del fruto a la que hubiera dado lugar.

Los brotes son un alimento predigerido, por lo tanto ayudan a su propia digestión.

Resultan adecuados para estómagos delicados y permiten al organismo que descanse y se regenere.

Los germinados son una gran fuente de energía y vitalidad. Fáciles de hacer, resultan ideales para picar entre horas o realzar las ensaladas.

Las semillas atesoran todos los nutrientes que la planta necesita para crecer, pero al germinarlas, esos nutrientes cobran un vigor inusitado.
Cuando la semilla brota para empezar a crecer, los vegetales están en su momento de máxima potencia.
Esto sucede porque, al humedecerlas y abrirse la cáscara, las enzimas se activan en contacto con el agua y el oxígeno.
Algunos nutrientes, como los hidratos de carbono y las proteínas, se descomponen y se vuelven más fáciles de asimilar.

Otros, como las vitaminas, se multiplican. Además se activa la clorofila, un antioxidante.

Por todo ello, los germinados no sólo resultan digestivos y nutritivos, sino que ayudan a regenerar la flora intestinal.

Si bien los más típicos son los de alfalfa, soja verde y mostaza, se puede germinar casi cualquier semilla.

Para disfrutarlos bien frescos, con su poder nutritivo en plena expansión, lo mejor es germinar las semillas en casa. Cereales y legumbres requieren más remojo, y las legumbres se pueden escaldar una vez germinadas.
Además de enriquecer ensaladas y bocadillos, quedan muy decorativos en cremas y sopas.

¿Podemos hacer nuestros germinados o brotes en casa?

Es muy sencillo disponer, en todo momento, de germinados listos para consumir. Solo es necesario un mínimo de constancia y planificación.

Con estos germinados caseros benefíciate de un extra de vitalidad. A la vez que consigues un toque especial para todos tus platos.

Cualquier semilla de leguminosa o grano de cereal puede ser germinado, aunque los más apreciados por su ternura y buen sabor son los brotes de: legumbres (porotos mung, soja, alfalfa), cereales (trigo, cebada) y también de berro, rábano, calabaza, girasol, lino, sésamo, etc.

El sabor es variable, por ejemplo el de alfalfa es muy agradable, el de mostaza es el más picante y el de trigo tiene sabor dulce por los carbohidratos que contiene.

Puedes hacer fácilmente tus germinados en casa con una Germinadora adecuada.

Es importante elegir semillas para germinar (las que tenemos en casa han sido tratadas para consumir y no están en su forma natural)

Deben tener una temperatura templada para que germinen correctamente

Los alimentos germinados más consumidos

Alfalfa:

Completo y más consumido por su agradable sabor. Contiene vitaminas A, B, C, E y K , calcio, magnesio, potasio, hierro, selenio y zinc y los aminoácidos más importantes. Es remineralizante, combate la fatiga y la debilidad.

Arroz integral:

Es rico en vitamina B, fósforo, potasio, magnesio, sodio, calcio y silicio. Ayuda a la adecuada conservación de huesos y dientes.

Avena:

La semilla germinada más recomendable para trastornos nerviosos, depresiones y alteraciones del sueño. Contiene vitaminas B y E, proteínas, carbohidratos, fibra , minerales y un alto contenido en silicio, necesario para el desarrollo de las estructuras musculares, cerebrales y nerviosas.

Berro:

Muy adecuado para combatir los síntomas de la fatiga primaveral. Alcaliniza y depura la sangre, neutraliza el exceso de toxinas. Regula el metabolismo. Es rico en hierro, fósforo, manganeso, cobre, zinc, yodo, calcio y vitaminas A, B2, E y C.

Fenogreco:

Limpiador sanguíneo y renal, se recomienda para levantar el ánimo decaído y para reforzar el organismo. Estimula las funciones digestivas y hepáticas. Otorga un agradable olor al sudor de quienes lo consumen. Contiene abundante fósforo y hierro.

Garbanzos:

Ricos en carbohidratos, fibra, calcio, proteínas, magnesio, potasio y vitaminas A y C. No producen gases durante la digestión.

Lentejas:

Retrasan el envejecimiento y son ricas en proteínas, vitamina C y hierro.

Maíz:

Alto contenido en magnesio, necesario para conservar la tensión muscular especialmente en el tracto intestinal.

Mostaza:

Adecuado para tratar trastornos digestivos como gastritis, enteritis, etc. Rico en vitamina C, proteínas y lípidos.

Judías Mung:

Ricos en vitaminas A, C, y complejo B.

Semillas de calabaza:

Contienen proteínas, vitamina E, fósforo, hierro y zinc.

Semillas de girasol:

Ricas en proteínas, grasas insaturadas, vitaminas B y E, calcio, hierro, fósforo, potasio y magnesio.

Rabanito:

Contiene abundante clorofila, útil para combatir digestiones pesadas y para calmar la tos.

Sésamo:

Buena fuente de fibra, proteínas, vitaminas B y E, magnesio, potasio, hierro, fósforo y calcio.

Trigo:

Rico en proteínas, magnesio, fósforo y vitaminas B y E. Previene infecciones, remineraliza, regenera las células y sirve para tratar trastornos nerviosos

Cómo incluir germinados al cocinar

Los alimentos germinados pueden formar parte de nuestras ensaladas y platos cocinados como tortillas y recetas de verduras, bocadillos…

En las recetas de legumbres, estas se pueden germinar antes para que sean más nutritivas

En general, es mejor tomarlos crudos, y en todo caso, evitar cocciones prolongadas para aprovechar mejor sus nutrientes.

Recetas con germinados

Puedes encontrar infinidad de recetas que incluyen brotes o germinados, aquí te dejo algunas:

Ensalada de lechuga, remolacha y germinados de cebolla

Ensalada de berros, germinados y maíz

Habas con algas, germinados y jengibre

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Victoria Pérez

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Sobre la autora

Soy Victoria Pérez y trabajo con estudiantes y profesionales de las terapias naturales y la gestión emocional para completar su formación y acompañarles mientras construyen su sueño de tener una consulta viva, rentable y a su estilo.