A lo largo del día, influenciado por la luz solar y otros factores, tu cuerpo segrega distintas hormonas, que producen diferentes efectos.
Conocerlos nos ayuda a saber cuál es nuestro mejor momento del día. Es el hipotálamo el que regula este ciclo, que en general marca las ocho horas de sueño y 16 de vigilia, en función de la luz, y gracias a la hormona llamada melatonina, segregada por la glándula pineal.
Durante el descanso nocturno, la temperatura corporal baja y se reduce la presión sanguínea y la secreción de hormonas. Si este período no se emplea para descansar, esto afectará a la salud física y psíquica del individuo, como dolores de cabeza, irritabilidad o problemas de sueño.
Además, el ciclo sueño y vigilia juega un papel determinante en la regulación de la producción de leptina (hormona de la saciedad) y grelina (hormona del apetito), que junto con la serotonina y la hormona del crecimiento, regulan los patrones de hambre y saciedad.
Un ciclo circadiano no regulado se manifiesta con insomnio, fatiga, desorientación, incapacidad para concentrarse, hambre o falta de apetito, problemas de fertilidad, baja productividad y descontrol hormonal.
Diversos estudios apuntan que un sueño insuficiente y de baja calidad es un factor de riesgo para la obesidad, diabetes y problemas cardíacos.