mayo 18, 2014

En el estado de consciencia característico del mindfulness (atención plena), permanecemos atentos a lo que sucede en nuestra mente.

Gestionar la atención:

Viviendo en el presente. La mayor distracción de nuestra mente es estar pendiente de las dos realidades virtuales: pasado y futuro. Ambas distraen y generan malestar.

Atender la preocupación. Es como tener una cita con el problema, a una hora concreta, que nos permitirá observarnos en nuestra producción mental e influir en ella, limitando su interferencia en el resto de tareas diarias.

Fluir. La flexibilidad en nuestro foco de atención nos permite atender a lo que más nos interesa, sólo debemos cuidar de no estar datenciónemasiado dispersos.

Objetivos. Recordar nuestras metas y objetivos, nuestras prioridades, con trucos como repetir frases, usar notas adhesivas, mapas mentales, que nos den estructura a nuestra dinámica mental.

Pequeñas distracciones. En los momentos de mayor distracción o cansancio, podemos escuchar música, saborear un alimento, cantar, observar un paisaje o hacer algo con los ojos cerrados.

Otros recursos útiles son cultivar el orden, fijar objetivos o saber descansar.

Deja tu comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con

{"email":"Email address invalid","url":"Website address invalid","required":"Required field missing"}

Victoria Pérez

Sígueme aquí

Sobre la autora

Soy Victoria Pérez y trabajo con estudiantes y profesionales de las terapias naturales y la gestión emocional para completar su formación y acompañarles mientras construyen su sueño de tener una consulta viva, rentable y a su estilo.