Cuando incluimos más cantidad de alimentos crudos en nuestra dieta, aumenta la inmunidad y la capacidad de respuesta del organismo, previniendo las dolencias relacionadas con el exceso de grasas, proteínas e hidratos de carbono refinados.
Obesidad: Los alimentos crudos tienen bajo poder calórico resultan muy saciantes por su riqueza en fibra.
Estreñimiento: Los crudos estimulan el peristaltismo por la fibra vegetal, y puede corregir en pocos días este problema.
Migraña: Muchas migrañas tienen origen en el estreñimiento, que vierte al torrente sanguíneo sustancias tóxicas provenientes del intestino. Tomar alimentos crudos ricos en fermentos y enzimas, es una gran ayuda en estos casos.
Alergias: La cantidad de sustancias extrañas que están presentes en nuestra alimentación, como aditivos, conservantes, antibióticos, etc. ocasionan muchas alergias. Los alimentos crudos ayudan a limpiar nuestro organismo.
Artritis: La dieta rica en crudos desinflama, depura y regenera los tejidos
Problemas de piel: También las dermatitis y erupciones de la piel mejoran o desaparecen al seguir este tipo de dieta.
Diabetes: Su riqueza en fibra regula la absorción de glucosa y sus fermentos y enzimas ayudan a controlar la diabetes tipo II o de adulto.
Infecciones y resfriados: Por la abundancia de vitamina C en los alimentos crudos, resultan inmunoestimulantes y revitalizantes.
Cáncer: Los crudos son ricos en fitonutrientes reconocidos como protectores del cancer (flavonoides, lignanos, carotenoides…)
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