noviembre 18, 2014

Todos necesitamos sentir que nuestro mundo tiene una mínima estructura, que nos es comprensible, dentro de unos límites. Es fundamental para el equilibrio psicológico.
Mental y culturalmente, el cambio se asocia a esfuerzo, sacrificio, dolor, incertidumbre. Tendemos a evitar el sufrimiento.
Cuando surgen posibilidades de cambio, empezamos a convivir con la posibilidad de que todo se tuerza, y esa ambigüedad genera mucha ansiedad.
El miedo al sufrimiento está detrás de la tendencia a quedarse en lo conocido, a pesar de repetir una y otra vez pautas de comportamiento que no aportan bienestar.
Ante el miedo al cambio, nos surgen frases como «más vale lo malo conocido» o «virgencita, que me quede como estoy».
¿Soy capaz de cambiar?
Desde el punto de vista filosófico, si el cambio es inevitable, aparecerá de todas formas, lo decidamos nosotros o no. Aunque también es cierto que a veces no surge por si solo, sino tras una decisión personal.
Pero lo cierto es que la evolución no se detiene nunca, no hay nada que no esté en constante cambio.
Desde el punto de vista psicológico, asumir el reto de enfrentarse al cambio o emprenderlo conscientemente, nos da la oportunidad de dirigir el proceso, aprender de ello y salir más preparado para el siguiente movimiento.
¿Cómo saber si se necesita un cambio?
Si los pasos elegidos para enfrentar una circunstancia siguen sin funcionar reiteradamente, tal vez necesitamos plantearnos nuevas alternativas.
En ocasiones es difícil identificar el malestar, ya que aparentemente tenemos cuanto necesitamos. Todo parece perfecto, y sin embargo, algo falla.
Debemos prestar atención a nuestra propia incomodidad y también a comentarios de personas que opinan desde fuera, escuchar y valorar en qué se puede contribuir a una solución.
El miedo al cambio hace que se siga esperando que aquello que funcionó en el pasado siga valiendo en el presente, por más que la realidad demuestre lo contrario. Pero llega un momento en que, si algo no funciona, lo más inteligente es explorar una estrategia más eficaz.
Los hábitos son como sendas trazadas por nuestro paso a diario. Crear un nuevo hábito implica tomar una decisión firme y tener la valentía de caminar por una senda diferente, para generar con tiempo un camino diferente, más eficaz y cómodo que el anterior.

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Victoria Pérez

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Sobre la autora

Soy Victoria Pérez y trabajo con estudiantes y profesionales de las terapias naturales y la gestión emocional para completar su formación y acompañarles mientras construyen su sueño de tener una consulta viva, rentable y a su estilo.